¿Quosque tandem Tlönista?


La gente hablaba de instantes, algunos con abierta sorna, otros bajando la voz, otros con alarma o curiosidad; todos, creo, con ignorancia.

Casi como lo que más he hecho son editoriales, un solo post de mi autoría responde a ese jueguito fatuo que reenvía más a un doble apellido pulposo, de cuatro manos, que a la fácil y circunstancial asociación que algunos de nuestros lectores y acérrimos detractores del Tlönista practicaron en la temeridad casi animal de la ignorancia. Dos palabras para ellos: Bustos Domecq (casi rosebud).

Tal vez fue una mala idea la del blog, mea culpa. En realidad fue un sueño ingenuo. Pensar que los instantistas se iban a exponer, que sentían esa necesidad exhibicionista de camisetas para turistas. Instantes prolifera en la hospitalaria imaginación de sus lectores: no es un cadavre exquis, es un état d' âme, el primo mobile, el palo en la rueda de las trasnmigraciones. Pero cómo saberlo de antemano si en el fondo todos fuimos kodamitas. Meses tardé en comprender lo que les digo ahora. La empresa que hemos acometido es tan vasta que abarca el mundo entero. No es unos cuantos charlatanes que aturden en un espacio virtual. Pero todos estos reproches no importan, importa haber sentido que nuestro plan, del cual más de una vez nos burlamos, existía realmente y que era el universo y nosotros. No hay perjurio, detracción o traición que no estén íntimamente previstos: me he cruzado con otros instantistas por la calle y he finjido no reconocerlos. Sé que no le guardan rencor a L'enfant, que no pueden guardarle rencor a ese heterónimo falsamente francófilo en el que ni yo mismo me reconozco.

Los instantistas no existen, su nombre es otro de nuestros pueriles excesos barrocos: distintas épocas los nombraron como hombres del secreto, gnósticos, sectarios del Fénix, histriones, congresales, rosacruces o gremialistas. Pero el nombre por el que el mundo los conoce no es el que ellos pronuncian. Hay quienes los confundieron de manera alternativa y desesperada con los judíos, los gitanos o los pancheros. Los instantistas se confunden con los demás y la prueba es que no han sufrido persecuciones, más allá de ciertos manotazos de ahogado de ciertos kodamitas mediáticos.

Es fin de año y hay que cerrar puertas, ciclos y demás lugares comunes... Es tiempo de que cada uno tome su camino. Los verdaderos instantistas, esos que pueden recuperar los infinitos matices del atardecer, los que ven la totalidad conciliada del universo en la pupila, o aquellos que pueden ejecutar empresas atroces porque se imponen un porvenir irrevocable como el pasado, son héroes anónimos, una bolsa negra en la fosa del soldado desconocido. Yo no estoy develando ningún misterio, el Maestro ya los batió en páginas que lejos de ser puñaladas traperas a su credo, son parte de una trama inescrutable. Me despido con unas palabras de Jorge Luis Borges, autor de Instantes: El Congreso del Mundo comenzó con el primer instante [el énfasis es innecesario y mío] del mundo y proseguirá cuando seamos polvo. No hay lugar en el que no esté.

Mlejnas, 31 de diciembre.

4 habas:

Anónimo dijo...

sé bien que en la tierra me atribuirán la cobardía, la tibieza, la ignominia del que pretende situarse entre alá y metatrón, pero yo sé también que serán dictámenes guiados por el rencor y la mediocridad, por el influjo maléfico de una mitología atroz (toda doctrina dualista demanda chivos expiatorios)

pues bien, quiero revelarles que en tlön el pensamiento mágico fue aniquilado en el siglo XII por una teleología ortodoxa: nada puede ser pensado fuera de los límites del más estricto finalismo: la tibieza corresponde a una de las catorce virtudes ascencionales. obtiene el paciente, vence el oportunista.

L'enfant, me has ofrendado con el nuevo Pan, y yo lo tomaré y lo consagraré a la nueva vida de este sitio. ¿seré un apóstata? ¿seré un héroe? la historia no me juzgará, es ese otro artificio embriagante de la humanidad. 'no hay perjurio, detracción o traición que no estén íntimamente previstos' el mundo entero es una finalidad.

Sorpresita dijo...

Más prolijidad hermanos en Borges: el post de L'enfant lo firma Tlönista.

Anónimo dijo...

pasa que lo tuve que editar entero
igual ya lo charlé con el autor y no le jode
y de última podrías tirarnos un centro, geeky

Azpeitia poeta y escritor dijo...

El manus-stuprum, pecado de nuestra infancia...el confesor preguntaba solícito mientras se acariciaba la sotana en la zona de la ingle "¿ Y tú te la tocas?....No padre...¿Y tienes pensamientos deshonestos?...No padre...¿Has visto a tu madre y tus hermanas desnudas?...No padre...Reza dos avemarías...Ego te absolvo......

abrazos desde azpeitia