Back to the future V

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"Le dijo Jesús: yo soy la resurreción y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente. ¿Crees esto?" Flp. 1, 21-23
Plot
Corre el año 1839 cuando el doctor Emmett Brownberg contrae una enfermedad tan extraña como funesta: IFF. Instado por Clara, Jules y Verne decide volver al futuro en busca de la cura. El destino fijado es 2010. Pero en ese porvenir remoto da con la triste figura de un Marty McFly enteramente asolado por el mal de Parkinson. El panorama es lastimoso: ambos padecimentos son incurables; por lo que resuelven, tras una pertinente retrocompasión, saltearse 70 años, confiados en el progreso inexorable de la ciencia. El desastre sobreviene cuando el Doc, en el agobio que sólo una vigilia de diecisiete semanas favorece, ingresa unas coordenadas erróneas y el Firehawk 3.1 los devuelve al año cero. Afortunadamente el nuevo dispositivo, que cuenta con un smart browser capaz de detectar focos de civilización, abre un vórtice espacial en Medio Oriente y los arroja en Jerusalén. El Doc, fiel a su nuevo ardor, conviene que un viaje al 32 es mucho más eficaz y económico que uno al 2080 en busca de una improbable panacea: si son sanados por el nazareno zanja categóricamente su dilema de ciencia y fe. Lo hacen. En Betania topan con el mejor amigo del cuñado de Lázaro que les señala la tardanza y les indica la próxima presentación del Hijo: monte Capernaum. Llegan ya entrado el sermón, tarde para las latosas bienaventuranzas, a tiempo para las brillantes metáforas de sal y luz. Se abren paso entre la chusma, llegan ante la Carne de Dios y caen de rodillas, extáticos. A Jesucristo (Willem Dafoe) le hace ruido el look entre camp y cyberpunk de los viajeros temporales (en el original: they reprehend Jesus Christ) y resuelve ayudarlos. Así, como es debido, casi autómata, dispara sendos escupitajos contra los rostros de los disminuidos, les esparce la flema con la palma de la mano como quien desempaña un vidrio y ¡milagro! el prodigio tiene lugar: las caras del doctor Brownberg y de Marty McFly, transfiguradas en algo bellísimo y solemne, emanan un esplendor verdoso, angélico: la mucosa divina los ha curado. Semejante experiencia religiosa los aturde en un torbellino evangelista sin retorno: deben regresar al futuro para limpiar el nombre de Nuestro Señor de toda infamia posmoderna. A la mitad del viaje, movido por una culpa hebraica y subsidiaria o quizás por el polvo de estrellas, el Doc revela a Marty que le ha dejado una carta a Cristo en el bolsillo de la túnica advirtiéndole de la bajeza del Iscariote, de la negación múltiple de Pedro, la indiferencia de la prefectura romana, en fin, la orden de no acercarse a Jerusalén en Pascuas. Marty, con la luminosidad que otorgan las canas, se pone como loco; tan pueril se le hace el razonamiento del judío. ¿Puede ser una humanidad no redimida? ¿Es Jesús Jesús? ¿Encontrarían la nada de llegar a puerto? ¿Pasarían a no-ser? ¿Qué clase de redentor huye cobardemente a su estrella? Cuando regresar y atrapar a Jesucristo es la única premisa. Las desaforadas aventuras de dos hombres estropeados en los albores del cristianismo.

Back to the future IV

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"Habiendo hallado la bomba, la hemos utilizado" Harry S. Truman
Plot
Corre el año 1837 cuando el doctor Emmett Lathrop Brown asiste a una convención de geneálogos sionistas. La intercesión de un rabí y un pickle caster de oro lo transportan al origen de su estirpe, al destino abnegado de su raza y al honor de su linaje: los Brownberg. A los tres días celebra su conversión y la consecuente bar-mitzvah. Cierta mañana decide contar a Clara un sueño confuso que lo inquieta durante varias noches: el rostro de Albert Einstein repitiendo no puedes no hacer nada pudiendo hacerlo. La mujer, que no entiende nada pero que tampoco lo intenta, le sugiere que lo haga. Inútil. Pero esa misma noche el doctor Brownberg accede a un sueño un tanto más delimitado: el rostro de Einstein esta vez articulando no puedes no impedir el Holocausto teniendo a tu disposición una máquina del tiempo y conocimientos más que envidiables sobre física nuclear, no puedes deshonrar a Yahveh... La misma madrugada parte hacia 1987 a bordo del Firehawk 3.1 (sucesor menos cutre de la locomotora steampunk y del DeLorean). El dispositivo lo expele en Hill Valley, donde da con la triste figura de un Marty McFly enteramente hundido en el drag racing, a lo que decide rescatarlo. Enterado el joven, se hacen de una edición inglesa del diario de Anne Frank, una copia en betamax para NTSC de Ilsa she wolf of the SS, unos curiosos archivos clasificados como Albert Einstein's letters to president y viajan al 1937, año en que mantienen una calcinante entrevista con Franklin Delano Roosevelt, quien ante tan irrefutables pruebas del horror se persuade de anticipar el Proyecto Manhattan (con la inestimable asistencia del doctor Brownberg) para soltar diecisiete bombas atómicas distribuidas entre Berlin, München y Nürnberg antes de 1939. La suerte está echada y en tiempos de actuar y amparados en la convicción de que alemán es igual a nazi, el Doc y Marty deben desterrar de suelo bávaro a todos los judíos, homosexuales, eslavos, retardados mentales, adventistas disidentes, gitanos, testigos de Jehová, comunistas, españoles republicanos y sacerdotes católicos antes del holocausto nuclear. Las desopilantes aventuras de un adolescente y un judío converso en el Tercer Reich.

Breaking hidden news (peel slow and see)

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Mucho se especula sobre el impacto ambiental de la explotación bananera a cielo abierto. Pero hay que aceptar que a todos nos gusta un buen licuado con hielo eterno molido. Todos somos responsables, háganse cargo, a mi todavía no me llega la hora del halley y lo quiero ya (o por lo menos alguna dotación de pain killers). No me voy a concentrar en ecologismos new age.
El cuid de la cosa es que a Nueva San Juan de la Segunda Reconstrucción no llegaron las revistas domingueras. Y yo no sé por qué, si la propaganda abunda y certifica, y las bananas son ricas, y las comemos al costo, bananas doradas por el sol y templadas por el zonda con vista al dique de la luna: el ciclo de las mareas ya no es un contenido escolar.
Nadie debe decirnos qué hacer ni qué decir y si las revistas domingueras no llegan, un mañanero y misa y la conciencia y la tubería limpia. Y se vive bien en el mundo feliz de los próximos sesenta años, no se a ustedes, pero el licuado de banana y el jet lag de los viajes al futuro me revuelve el estómago aunque el jefe diga que tienen mucho potasio y que neverland es la tierra de los niños felices.
L' enfant se despide, le toca vomitar el baño de la máquina del tiempo, que muy steampunk no tiene bolsitas de papel ni johnny walker.

Haikus posposmodernos

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Me encuentro en medio de un entrevero brete: preparando la transformación de oruga a mariposa en este otoño de la matraca. Así, entre mucho asado y papel picado se suma una reflexión: qué parecidos son los haikus y las canciones de Babasónicos. Y qué feas que son las apostillas a las glorias de la poesía minúscula de Kerouac: su viajecito por medio continente me gustó: la gloria Máxima del Mondo es México, (avísenle a Iñarritu por favor).

Bueno, una serie de haikus:
Empezá por aceptar tu maldad, la bondad es bondadosa.
Microdancing ¿es lo mismo que macroeconomía neoliberal capitalista?
La velocidad de las cosas y la música de las órbitas, desesperación maya.
Corre el conejo atrasado su reloj roto.
El sol no sale, los pajaritos no cantan, pero las viejas se levantan.
La marcha peronista y el ave maria stellae eran la misma cosa.
Habla del faso, pero no se aguanta cuando el faso se confiesa.
Arroz con leche no me quiero casar, sino saber poner la aguja en su lugar.
I can resist everything except temptation.
He would stab his best friend for the sale of writing an epigram on his tombstone.
We are all in the gutter, but some of us are looking at the stars.
Experience is the name every one gives to their mistakes.
All thought is immoral. Its very essence is destruction. If you think of anything, you kill it. Nothing survives being thought of.
To live is the rarest thing in the world. Most people exist, that is all.
Los últimos epigramas son del hombre cuyo retrato se llama Dorian.
Aufwiedersehen!!!!

El ilustre restaurador de las leyes, SE QUEDA!!!

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Hoy me enteré por ahí entre veras y bromas que andamos ganas de revisitar los billetitos que Carlos nos legó. Me puse a surfear un poco la red para ver qué onda güero. Encontré tres tramas informativas cuya peligrosidad de polémica va de defcon cinco a tres parejamente con su posibilidad de realización: ahora bien, ninguna de las tramas, creo, es capaz de disparar en helicóptero como al payaso triste o a la presidente más chic del orbe.

En cualquier orden:

Defcon cinco, los mismos: La casa de la moneda o quien fuere anunció que le han hecho un restyling al billete de cinco pesos, sí, señora, al de San Martín. Ya anda dando vueltas por la Babel del Plata con vistas a expandirse como un virus verde: color más definido, mejores materiales, nueva peluca para el santo de la espada, estrechón de manos con O’ Higgins, y sobre todo, mejoras antipiratería (compruebe que San Martín aparezca y desaparezca, aparezca y desaparezca, en hipnótico pase de magia holográfica).

Defcon tres, las chicas: es sabido que el argentino es machista, es esperable que no haya chicas en los billetes. Una diputada del quirchnerismo por la piedra movediza de Tandil propuso, alegando el silogismo de arriba, “las chicas al papel moneda”. Y así desfilan por sus sueños revindicadores una seguidilla de amantes de hombres importantes (debajo de todo gran hombre, ya sabemos) hasta Eva, la petite. Se la van a comer cruda, todo el sofisma parece responder a este fetichismo pejotista.

Defcon cuatro, los raros: La otra idea es cambiar los cromos políticos por otros de tipo científico-cultural a los fines de evitar la confrontación (y hasta estimular el turismo, sí , señora, le van a poner el Perito Moreno así le dan ganas de visitarlo antes que se derrita). Entre los que se barajan hay literatos como Georgie, autor de instantes, músicos y nóbeles de la ciencia y la técnica nacional. Los malditos como Mitre, padre de la campaña al desierto, Sarmiento, padre de la madre de las zonceras argentinas, y, Rosas, el primer dictador de la historia, perderían curso legal para descansar en paz en la Recoleta. Protesto. No podemos sacar a don Juan Manuel (aunque me vaya en ello perder la oportunidad de pagar la entrada a una bailanta con la irónica efígie de Borges guiñándome un ojo). Rosas es por lejos, el prócer más sexy, carismático (en Europa lo invitaban a tertulias como rareza de circo, como si de Tarzán se tratara) y sanguinario que supimos conseguir. Les propongo la solución por el absurdo: a la hora de mejorar los billetes de veinte, defínase más su color rojo sangre, agréguesele el slogan mueran los salvajes, inmundos unitarios, y, póngase a dos mazorqueros bailando la refalosa en un charco escarlata.

EL ILUSTRE RESTAURADOR DE LAS LEYES SE QUEDA… Oooooooojuremos con gloria morir!!!

Animate, contanos tus reflexiones, drogón

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Está clínicamente comprobado que los extraordinarios misterios que resolvemos cuando estamos drogados no son tan asombrosos ni mucho menos. Su humilde narrador redescubrió esta verdad después de diez años y por medio de cuatro nada asombrosas iluminaciones. Si las cuelga acá es porque considera rabiosamente que Sumale un verso a Instantes es un espacio de reflexión postposmoderno o, en términos vernáculos, un perfecto tacho de basura.

1. Estructuras narrativas
¿Por qué decimos que una telenovela es un culebrón? Básicamente por la manera en que se nos presentan los hechos. Habrán notado que sobre el final de cada episodio la tensión e intriga aumentan considerablemente hasta un ápice en que se cortan de modo abrupto para ser retomadas al próximo capítulo. Comienzo y fin del episodio son los núcleos narrativos, lo que se cuenta entre ellos forma una parábola descendente. Si sumamos las parábolas que se dan de lunes a viernes conseguimos una sinusoide, obteniendo así la forma de una culebra. Pero como los picos de tensión están también al final y al comienzo de cada semana, de cada mes, decimos que la novela es un culebrón.

2. A Dios lo que es de Dios y al César... bueno
Si hay las Iglesias presleyteriana, woodita, maradoniana, ¿qué nos impide profesarle nuestra fe al rey del pop? Miren las asombrosas coincidencias que descubrí: como todos saben, Dios, contrario a los dioses de otras culturas, no coge; Michael Jackson tampoco. Dios es un ser asexuado y casi anónimo (últimamente nadie lo ha visto); Michael Jackson también. Dios mandó su hijo a la tierra por obra y gracia del Espíritu Santo, que es más o menos una metáfora de la fertilización asistida; Michael Jackson lo mismo. De Dios es el reino de los niños; Michael tiene Neverland. De modo que estos y muchos otros hallazgos que no voy a revelar me permiten afirmar que el autor de thriller es definitivamente un reflejo divino en la tierra. Dejo a un exégeta más inescrupuloso el estudio de las conexiones entre el Dios del Antiguo Testamento y el Michael Jackson negro y la de su par blanco con el Dios bueno del Nuevo Testamento.

3. Desdoblamientos en Argentina
¿Es Luis D'Elía el doppelgänger de Alfredo De Angeli? Coincidencias: ambos parecen tener el mismo cuerpo de mierda: petacones picapiedras (gordos, petisos y sin cuello). Los dos llevan un apellido genitivo, los dos son groseros. D'Elía hace piquetes; De Angeli, lockouts. Por último, lo que los diferencia también los une: si bien ambos parecen representar el brazo torpe de sectores socialmente opuestos, se unen en que tanto la clase trabajadora como la clase alta representan estratos puros, no contaminados por la peste de la clase media y sus bajezas (hipocresía, envidia, careteo y financiación a cinco años con interés del trece por ciento anual). No por nada la perfección de la oligarquía.

4. Fenotipo
¿Por qué podemos escuchar el inconfundible mugido de una vaca en la canción Selva del grupo de culto La Portuaria? Se repite tres veces aproximadamente, no puede ser un descuido... Ahí hay, no lo pongo en duda, gato encerrado.

Sólo para entendidos

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Doña Bárbara, aparecida por primera vez en 1929, es la novela más trascendental del escritor venezolano Rómulo Gallegos. De las obras más influyentes de la literatura hispanoamericana contemporánea, supone la consolidación de un estilo rebelde y paródico. Tomada en sus primeros años por los escritores e intelectuales de la época como un paralelo latinoamericano de lo que fue en Europa el Ulysses de James Joyce, Doña Bárbara ha marcado su influjo en obras como La vida: instrucciones de uso de George Perec o Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Aquí una escena de la adaptación producida por Telemundo Broadcasting para la televisión mexicana y dirigida por González Iñárritu con la colaboración del realizador invitado Ronald William Howard. [para entrar en calor]

Ni yankees ni marxistas, peronistas

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Bueno amigos hoy les traigo un compilado de marchas peronistas que preparé con mucha dedicación y honestidad. Personalmente creo que algunas de estas obras son verdaderas odas, cuyo encanto nada tiene que envidiarle a La Marseillaise o a L'Internationale. Las variadas versiones de Los muchachos peronistas dan cuenta de su grandeza. Una antología de gran valor histórico.


Combatiendo al capital

01 Los muchachos peronistas por Hugo del Carril
02 Los muchachos peronistas por Héctor Maure

03 Los muchachos peronistas por Francisco Canaro
04 Los muchachos peronistas por Coro AAC
05 Los muchachos peronistas Jazz
06 Los muchachos peronistas Tango
07 Los muchachos peronistas Carnavalito
08 Los muchachos peronistas Chacarera
09 Los muchachos peronistas Payada
10 Los muchachos peronistas Metal
11 Evita capitana
12 Evita capitana 1972
13 Marcha del Retorno
14 Marcha del Plan Quinquenal
15 Marcha de la Juventud Peronista
16 Campeonatos Evita
17 El pueblo en marcha
18 Canto al trabajo
19 Canto a la enfermera argentina
20 Himno de los clubes escolares
21 Es el pueblo


DESCARGAR
Pass: grinchoperonista
(Todas las canciones son ® Partido Justicialista)

Efemérides

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Hoy creo que se cumplen 25 años desde que Julio Cortázar dijera paf se acabó. No voy a caer en el lugar común de traerles cronopios, amores del 77 o delirios de la Serpiente. Mejor recordemos a nuestro own personal rosebud desde sus últimos papeles. Quería colgar algo de La noche de las amigas, cuyas imágenes deben poner de la nuca al lector sensato, pero creo que esto es mucho mejor, considerando que va del tiempo, que como todos saben, lo destruye todo.

Policronías

Es increíble pensar que hace doce años
cumplí cincuenta, nada menos.
¿Cómo podía ser tan viejo
hace doce años?
Ya pronto serán trece desde el día
en que cumplí cincuenta. No parece
posible.
El cielo es más y más azul
y vos más y más linda.
¿No son acaso pruebas
de que algo anda estropeado en los relojes?
El tabaco y el whisky se pasean
por mi cuarto, les gusta
estar conmigo. Sin embargo
es increíble pensar que hace doce años
cumplí dos veces veinticinco.
Cuando tu mano viaja por mi pelo
sé que busca las canas, vagamente
asombrada. Hay diez o doce,
tendrás un premio si las encontrás.
Voy a empezar a leer todos los clásicos
que me perdí de viejo. Hay que apurarse,
esto no te lo dan de arriba, falta poco
para cumplir trece años desde
que cumplí los cincuenta.
A los catorce pienso
que voy a tener miedo,
catorce es una cifra
que no me gusta nada
para decirte la verdad.


Presuntos implicados

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Saludos amigos

Vosotros estáis interesados en lo desconocido, en lo misterioso, en lo inexplicable y estáis aquí para esto. Hoy, por primera y única vez os contaremos la verdadera historia de lo ocurrido. La conoceréis basada sólo en el testimonio de las almas miserables que sobrevivieron esta terrible experiencia. Amigos, no podemos mantener esto como un secreto, ya no más: ¿pueden vuestros corazones soportar la verdad de la historia?

Dicen que dicen que a Borges le gustaba el cine y mucho, podemos presumir que su ceguera lo hizo extrañarlo. ¿Qué hacer con la nostalgia de haber visto y el dolor de ya no ver películas? Dar el salto de tiburón y escribirlas, involucrarse directamente en la producción cinematográfica. Mucho se conoce el ménage à trois Borges-Bioy-Santiago que fructificó en la, de culto, Invasión de 1969, pero ya antes los dos primeros, a quienes imaginaremos caminando a dieciséis cuadros por segundo las infinitas calles porteñas, tomados del brazo, un poco Bouvard y Pécuchet, casi Laurel y Hardy, intentaron fabricarle sueños al público argentino con dos guiones de su autoría compartida: Los orilleros y El paraíso de los creyentes. De ellos sabemos que por librescos -y nada importaron los argumentos platónicos de Borges como eso de que el compadrito aspira a la finura y que por eso su lenguaje- fueron rebotando de estudio en estudio hasta recibir el tratamiento que según los empresarios del showbusiness nacional merecían: su publicación en formato libro. Lo que pocos conocen es que antes de este destino palabreado para algo que claramente debería acabar siendo motion pictures, Borges, empacado como una mula, mandó un telegrama de SOS a New York.

La confianza desaforada de Borges en sus guiones lo llevó a mandárselo en olímpicas sesiones de telégrafo a su penfriend Waldo Frank, quien (dicen los que conocieron la historia de primera fuente, como Maggie Sue Clayton, empleada de correos y telecomunicaciones) aprovechando que llevara diez horas en la oficina de correos metió todas las tarjetitas en un sobre de papel madera con una esquela que contenía, a saber, las breves explicaciones del caso y las disculpas de rigor, y lo envió con franqueado simple a HOLLYWOOD, California, a Edward D. Wood Jr. a sabiendas de que nada podría proliferar de esa conexión Palermo-Hollywood. Pero no fue ese el final de la historia: Borges y Wood entablaron una fluída, acalorada y prolífica relación epistolar (Dejo para otro post los pormenores de cómo tuve acceso a esa celosamente guardada correspondencia, porque esta es la historia de unos guiones, unas cartas y una colaboración, no la historia de L’enfant contra los Kodamitas).

Borges asistió a Wood en la escritura de Glen or Glenda de 1953 porque se le representó como una variación de Jeckyll y Hyde. (Burton, ha distorsionado peligrosamente el proceso creativo de Wood en aras del humor: el lugar común de las quickies de Wood es más mitográfico que biográfico). Desde la sombra de una higuera en Triste-le-roy Borges alentó a Wood para que corrija los errores de Victor Fleming, quien para el argentino, por tercera vez había difamado a Robert Louis Stevenson en Hollywood (los interesados pueden consultar el texto final de Discusión de 1932). Bástenos una breve cita: Victor Fleming elude todo asombro y todo misterio: en las escenas iniciales del filme, Spencer Tracy apura sin miedo el versátil brebaje y se transforma en Spencer Tracy con distinta peluca y rasgos negroides. La solución narrativa de Wood es de claro influjo borgesiano. Un escándalo le hubiera granjeado a Wood un holgado tour europeo de exilio, su primer largometraje le dejó la sorna de los críticos, cuando no la indiferencia. Alguna vez María Teresa Gramuglio dijo de El Aleph que era el libro del futuro, y que sus contemporáneos no lo supieron leer, parejo albur corrió Glen or Glenda, no así su deudora Dr. Jeckyll & Sister Hyde (1971) de Roy Ward Baker, el mundo ya estaba preparado para ella (pero esa es harina de otro costal).

Pero, ¿qué habrá pasado con los guiones de Borges en manos de "el peor director de la historia del cine"? Sabemos que Wood siempre tuvo problemas financieros a la hora de rodar. En sus cartas, nos quedan algunos esbozos de lo que ya se gestaba como Borders (aka Los orilleros). Interesadísimo en el proyecto, Wood escribía: Tengo una estampida de bisontes que pienso montar en transparencia para la escena del duelo de compadritos [en castellano en el original], relámpagos y truenos y centellas… y el broche final, la imagen del demiurgo, Bela Lugosi, puede imaginarlo Jorge Luis, pull the strings, pull the strings, como en ese poema suyo que cierra qué dios detrás de dios la trama empieza [la traducción es mía]. Es este el relato de esas obras que no fueron, tal vez porque no podían ser, como el Quijote de Menard, como el Parménides de Perinola, como el Requiem de Mozart, pero que siguen dándonos la materia de que están hechos los sueños.




Desalojados

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Estos dos tipos supieron ser instantistas del momento. Los vamos a poner acá hasta nuevo aviso. Somos frontales, no nos va eso de andar con rodeos: necesitamos el lote que tenían en la sidebar y no tenemos plata ni paciencia ni retórica. De modo que aquí los dejamos; al rato y les termina gustando (sospechamos que al lado estaban apretados y también que lo disfrutaban, pícaros)

Wilburypiston dijo:
Si volviera a morir moriría distinto. Trataría de no ser descuartizado por un tren o violado por la barra brava de Boca. Me asfixiaría artagantado con dulce de leche casero o tomaría helado de chocolate hasta congelar mi tronco encefálico. Viviría distinto también. O parecido pero no tanto. Más o menos así como viví pero con más plata. Volaría como Superman pero sin ser afectado por la kriptonita. O dignificaría más mis días no riendo ante el dolor ajeno. También cambiaría mi vida después de la muerte. Porque como dijo el poeta "Ya no es vida esta que viven los muertos". En el infierno charlaría más con mis amigos y me dedicaría menos a ser un buen reo de Satán. Sí, creo que sería menos así como fui y más así como quiero ser. O parecido.

Patrañador dijo:
Si volviera a nacer trataría de no hacerlo en Argentina, obvio. Lo haría sin dudas en Londres o New York, donde se habla el idioma de la civilización. Lejos, bien lejos del tirano sangriento. Eso me evitaría inspeccionar corrales y chiqueros, y de paso me daría más chances para hacerme con el Nobel. En lugar de escribir en Sur lo haría par la North Review. Si volviera a vivir trataría de encontrar la forma de comer helados con sabor a habas, con lo cual resolvería una gran contradicción. Si volviera a nacer escribiría más poemas como estos antes de morir. Poemas que, sé fervientemente, son para matarme o matar a homenajeantes homenajeadoras de grandes plumas muertas ya. Si viviera o naciera nuevamente dejaría un legado para hacer papelones. De lo que estoy seguro, sin dudas, es que si volviera a nacer volvería a morir. Y mi epitafio rezaría tristemente "Se bañó cada día y se arrepintió tarde".


La belleza de la vida II

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Entre tanto comentario largo, y publicaciones de verano con mucho material, para esta noche se me ocurre algo más cutre, más sincero, más soñador. Voy a hablar del amor, el amor en los tiempos de cólera y pasta base. Definitivamente si volviese a nacer me gustaría ser la cumbio, esa pequeña adolescente narcótica (like a Esther) que vive el amor libre con todos sus amiguitos.
Me di cuenta de que no puedo ser la princesa de todos los cuentos, de que no importa si me tiño el pelo de rubio o de azul, me di cuenta de que quiero ser como Silvina Ocampo, la enamorada de un dandy!!!
Pero no es momento de lamentos, si volviese a nacer predicaría a viva vos este dicho: "querer a uno no es querer, querer a dos es liviandad, pero querer a cuatro o cinco, es gracia y habilidad"
Sería la heroína Beatriz Vitervo, con unos pantalones amarillos y una sombrilla que parara la lluvia de estrellas y el mar azul, sería la más dura, la tough mama de todas las películas de ghetto, sería la eterna enamorada del amor, sería la leña de todas las estufitas, sería la más querida entre las queridas, sería una chica de lengua larga, minifalda corta que pinta banderas al andar.
Sería Ana Karenina, pero definitivamente y con todos los si y pulgares arriba sería "Desireé".
Pero la vida es injusta y el arte peor, esta noche soy una Kodamita enamorada del amor.

El arte de vivir

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En 1990 Nezareth Rey no sospechaba que veinticinco siglos atrás El Oscuro advertía que entramos y no entramos en el mismo río, pues somos y no somos los mismos. Contaba con ocho años y una inusitada cualidad en la repetición de galimatías previstas. Nezareth Casto Rey, el predicador, detractaba parejamente la evolución y los inventores de falacias: ignoraba que su destino era un punto más de un tejido insondable, que él mismo evolucionaría, que poseía el ethos de los elegidos.
La infancia del niño predicador, miserable, es harto innecesaria. Sólo sé que abandonado al nacer en un impreciso recodo limeño fue recogido por Rafael Maldonado, histrión que rozaría la notoriedad en algún cortometraje de Carlos Faudoa. Algunos sostienen que ese lugar fue la Escuela Nacional de Arte Dramático, sitio familiar a Maldonado. Otros, movidos por el influjo clerical o por la ignorancia imponen la Catedral de Lima durante la representación del pesebre. Hay quienes proponen un abandono simbólico, arguyendo que toda mitología incurre en excesos literarios. Pero son estas meras expresiones de deseo que omiten lo elemental: el prematuro contacto del niño con el arte de fingir.
A los dieciséis años el predicador tuvo su primera revelación: un sueño vespertino tras el cual abominó el catálogo de quimeras evangélicas para abrazar (y fundar) el panvitalismo, curiosa y eficaz tentativa reparadora del dogma cristiano. La innovadora doctrina procuraba fundir gnosis, ciencia y misticismo. Algún manuscrito reza: 'La ignorancia humana es una cortina tras la cual me oculto. No hay un mundo sino una masa innumerable de mundos inacabados, obra de un demiurgo que se esfuerza por copiar el plan del verdadero Avatar. Cada ser debe desarrollar dentro de sí mismo la percepción holística del universo, hacer viajes astrales. Somos fractales infinitos de Nuestro Señor'.
La segunda revelación vino tres años más tarde. Esta vez el propagador medita en los Urus, donde habita el thryothorus y los hombres se alimentan de raíces. Cuentan que enardecido con Los puentes de Rimbaud, se levanta, rompe su voto de silencio de siete semanas y comenta al discípulo más cercano 'el mundo entero es un teatro, los hombres están condenados a la sublime empresa de representar una comedia infinita'. El acólito, aturdido, dedicó sus días a divulgar la palabra que los heresiarcas del panvitalismo no tardarían en detractar. Los hombres comunes, actores inconcientes, no fueron inmunes a la blasfemia. Lima era un hervidero de confusión: algunos sostuvieron que la nueva verdad era un frívolo rollo hamletiano, otros, la imitación vil de un festpiele suizo, los menos llegaron a inferir un artificio de los cismáticos para ocultar la muerte del revelador.
Murmuraciones pueriles, todas aplacadas cuando el iluminado bajó del monte y espetó a la multitud 'hombres necios que acusan al predicador ¿intuyen acaso que sus enredos retóricos son vanos y estériles, como la literatura? ¿que esta escandalosa parafernalia está secretamente prevista? ¿que cada uno de sus movimientos, arlequines, añade un signo más al arte de vivir? Les traigo la espada, yo, inventor del ars vivendi'. Sobrevino silencio, luego el caos. Los hombres disimularon el pavor, habían adivinado un destino común e insoportable: debían representar. Con lágrimas evidentes el primer actor tomó la primera piedra, sucesivamente los otros lo imitaron. Más tarde el predicador, reventado, yacía en un barro de coágulos; su rictus era sobrehumano. Dicen que no protestó.
Antes de la diáspora (cada actor debía perpetuar su propia comedia privada) la caterva se detuvo: alguno conservaba los pliegos del revelador. Esa noche bebieron palabras hermosas, terribles. 'Esta mañana he dado con la única verdad, el Arte; la única manifestación, el ars vivendi. Sé bien que los difamadores ensuciarán mi nombre cegados por la crueldad, pero sé también que sus infamias son actos decretados por mi drama. El ars vivendi no liga con ninguna tradición: el happening, el fluxus son cándidos atisbos megalómanos, el body art es mezquino; el flashmob, la obra colectiva de mogólicos. Estamos destinados a representar frenéticamente hasta la muerte o la creación: es la diferencia entre actores y dramaturgos. Los grandes dramaturgos -Sade, Manson, Moon- alcanzaron la creación mediante las cuatro vías: la locura, el crimen irracional, la degeneración de la cópula, el sentimiento místico'. La mitología urbana sugiere que Emilio Miranda, sectario de La Merced, osó conjugar las dos últimas. Pero los que no pecamos de ingenuidad sabemos que el camino del ars vivendi no se halla exento de farsantes o embusteros. Muchos han procurado casi desesperadamente obtener la dramaturgia sin un propósito definido. Ignoran la insensata carga del Artista. ¿Cuántos pasajes de la Obra Universal no se habrán frustrado por la impericia de un dramaturgo inculto? Así, la Revolución francesa es la perfecta escena malograda; la entrevista de Guayaquil, una maniobra inverosímil; la muerte de Kennedy, el más fallido golpe de efecto.
Es muy preferible el modesto ejercicio de fingir. Yo soy un Actor, lo sé. Lo adiviné cuando comprendí que el evento más trivial envuelve indecibles arcanos histriónicos. Mientras tomar un grano de uva entre el pulgar y el índice, contemplarlo y conmoverse antes de comerlo sea visceralmente opuesto a tomar un grano de uva entre el pulgar y el índice, contemplarlo y conmoverse antes de comerlo, seguiré siendo un Actor, seguiré representando. Crear es la imposibilidad. El dramaturgo Nezareth perpetra una tragedia en la que el autor resulta protagonista. Ejecuta un sacrificio artístico, escribe su muerte.
Innumerables ocasiones en la calle he pretendido evadir mi rol en el arte de vivir, ser otro, improvisar, pero he fracasado: no por un determinismo ontológico sino por el amor que profeso a mi arte.
Lector, ¿qué representarás hoy?

Noticias de ayer, extra, extra!!!

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Encuentran langosta gigante en Nueva Amsterdam (Chimbas), vecinos alarmados temen plaga de dimensiones bíblicas. Por su parte, otros, organizan un concurso entre los niños del asentamiento para elegir el nombre del curioso bichito. Su humilde servidor, quien fuera invitado a sumarle un nombre a la langosta, propuso, de puño y letra, el siguiente homenaje: Marilina Ross, nuestra cigarra (que no es lo mismo que una langosta pero es igual) de las telenovelas de ayer, hoy y siempre.

Elige tu niño predicador favorito

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Luego de un distendido y acalorado debate el staff de Sumale un verso a Instantes logró ponerse de acuerdo en la elección de los cuatro niños predicadores más notables del mundo. La votación, siempre subjetiva, contó con el respaldo y seriedad de ACA (Automóvil Club Argentino, claro). Bueno, aquí los finalistas; desde ya, que gane el mejor.

Nezareth, 8 años

Un clásico de la red. Qué decir del niño predicador sin caer en el lugar común. Un golazo evangelista, la línea maradoniana, la tijera de lesbos. Palabras sobradas para el Precursor, que ya se anotó el hit del verano.

Muslim, 5 años

Cultor de un quietismo casi displicente, con su embriagante timing de letanía y una mirada de lince, Muslim enseña el poder devastador del Verbo. Hasta nos regala cinco segundos (2'5" - 2'10") de la más pura lengua de Cervantes con un touch anglo: 'Saquenlo a Bin Laden y a Aladín, EE. UU. are you lonely?, vení oleme los mogs' (nótese cómo acaricia los genitales para reforzar el mensaje).

Israel, 9 años

Entre las filas de los más conspicuos epígonos del niño predicador tropezaremos sin lugar a dudas con Israel Natán. Histrionismo feroz al servicio de Nuestro Señor. Retórica potente y deslumbrante sutilmente encaminada al pathos feligrés: 'Porque Cristo ha venido a restaurar la familia, para dar poder y destruir toda posición del diablo'.

Ethan, 18 meses

Movidos por el rencor y la envidia algunos ven en Ethan Preacher el nuevo hype anglicano. Le echan el gato a las barbas por el lado de su juventud. Ignoran (fingen ignorar) el tesoro de la mocedad. Pero muy lejos de vendernos gato por liebre, Ethan, con el ímpetu que sólo la frescura otorga, consigue lo que muy pocos: con-movernos a través de la palabra de Dios. 'A yayaya ga na ya ya mana payaaa'.

El instantismo está en otra parte

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L'enfant y Tlönista han puesto sobre la mesa de la morgue dialéctica la filosofía instantista, han revoleado su enciclopedismo por encima de nuestras cabezas sin pudor y, me atrevo a decir, con prepotencia sobradora. Onanismo instantista y whatnot.

Más de un visitante (de los 7 u 8 que vienen) encontrará chocante el rebuscado vuelo lingüístico, los afectados manierismos de ambos, la sintaxis petulante y los razonamientos barrocos. Sus textos parecerán criptogramas para muchos (de los 7 u 8).

Pero no los culpen, está en su naturaleza ocultadora eyacular nubes de tinta como el calamar ante el depredador. En el fondo ambos saben que el instantismo es también algo más que escapa al entramado de sus estériles intercambios verbales. Si -como me contaron que dijeron que dijo Nietzsche, o su sodero, no sé, no pregunté- que la verdad es una construcción de la mente humana producto de su instinto de supervivencia, de su búsqueda de orden y que se sustenta en el lenguaje, entonces estamos ante dos seres desesperados porque alguien les ordene el cuarto, les guarde los CDs en la cajita que corresponde y les barra debajo de la cama.

Amigos, el instantismo está en otra parte.

Llámenme lo que sea, pero a mí nadie me saca el placer de la masturbación física con mano enjabonada. Le agrego al poema del Maestro más versos: si volviera a nacer, me masturbaría más veces, accedería sin vergüenza al porno menos convencional, disfrutaría del chabacano placer de la silicona en pecho de travesti, aprendería el significado de palabras claves a googlear un día de calentura en soledad: creampie, bukkake, muff dive y felching.

¿Quosque tandem Tlönista?

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La gente hablaba de instantes, algunos con abierta sorna, otros bajando la voz, otros con alarma o curiosidad; todos, creo, con ignorancia.

Casi como lo que más he hecho son editoriales, un solo post de mi autoría responde a ese jueguito fatuo que reenvía más a un doble apellido pulposo, de cuatro manos, que a la fácil y circunstancial asociación que algunos de nuestros lectores y acérrimos detractores del Tlönista practicaron en la temeridad casi animal de la ignorancia. Dos palabras para ellos: Bustos Domecq (casi rosebud).

Tal vez fue una mala idea la del blog, mea culpa. En realidad fue un sueño ingenuo. Pensar que los instantistas se iban a exponer, que sentían esa necesidad exhibicionista de camisetas para turistas. Instantes prolifera en la hospitalaria imaginación de sus lectores: no es un cadavre exquis, es un état d' âme, el primo mobile, el palo en la rueda de las trasnmigraciones. Pero cómo saberlo de antemano si en el fondo todos fuimos kodamitas. Meses tardé en comprender lo que les digo ahora. La empresa que hemos acometido es tan vasta que abarca el mundo entero. No es unos cuantos charlatanes que aturden en un espacio virtual. Pero todos estos reproches no importan, importa haber sentido que nuestro plan, del cual más de una vez nos burlamos, existía realmente y que era el universo y nosotros. No hay perjurio, detracción o traición que no estén íntimamente previstos: me he cruzado con otros instantistas por la calle y he finjido no reconocerlos. Sé que no le guardan rencor a L'enfant, que no pueden guardarle rencor a ese heterónimo falsamente francófilo en el que ni yo mismo me reconozco.

Los instantistas no existen, su nombre es otro de nuestros pueriles excesos barrocos: distintas épocas los nombraron como hombres del secreto, gnósticos, sectarios del Fénix, histriones, congresales, rosacruces o gremialistas. Pero el nombre por el que el mundo los conoce no es el que ellos pronuncian. Hay quienes los confundieron de manera alternativa y desesperada con los judíos, los gitanos o los pancheros. Los instantistas se confunden con los demás y la prueba es que no han sufrido persecuciones, más allá de ciertos manotazos de ahogado de ciertos kodamitas mediáticos.

Es fin de año y hay que cerrar puertas, ciclos y demás lugares comunes... Es tiempo de que cada uno tome su camino. Los verdaderos instantistas, esos que pueden recuperar los infinitos matices del atardecer, los que ven la totalidad conciliada del universo en la pupila, o aquellos que pueden ejecutar empresas atroces porque se imponen un porvenir irrevocable como el pasado, son héroes anónimos, una bolsa negra en la fosa del soldado desconocido. Yo no estoy develando ningún misterio, el Maestro ya los batió en páginas que lejos de ser puñaladas traperas a su credo, son parte de una trama inescrutable. Me despido con unas palabras de Jorge Luis Borges, autor de Instantes: El Congreso del Mundo comenzó con el primer instante [el énfasis es innecesario y mío] del mundo y proseguirá cuando seamos polvo. No hay lugar en el que no esté.

Mlejnas, 31 de diciembre.

Esperando a Godot

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Cierta noche L'enfant, mayoritariamente ebrio, me reveló que el instantismo tal como lo concibe este espacio, es decir, como actividad deliberada, se había agotado por completo.
Las palabras, terminantes, casi no admitían réplica. Pero en ese momento arriesgué una gambeta que ahora considero pueril. Le dije 'reconocerás que incurrís en horror vacui: infamar el nombre de Jorge Luis Borges constituye un acto potencialmente infinito, pues si se toma el tiempo real de un instante -digamos una fracción de segundo- y se lo multiplica por los ochenta y seis años, nueve meses, veinte días y dieciocho horas de vida ejemplar del Maestro, se obtiene una base más que abrumadora para el falseo y el ultraje gratuitos...'
Cómo explicar mi vergüenza cuando entre petulante y compasivo me reconvino 'veo cuan poco has entendido. La infinitud que postulás -que no es tal- consiste en una mera sucesión indefinida de momentos, tu razonamiento es esencialmente lineal, yo hablo de otra cosa. Pensá en esto: la tierra giraba alrededor del sol mucho tiempo antes de que Copérnico naciera' A continuación escrutó mi rostro, adivinó la ignorancia y continuó 'digo que la mente humana ha actuado de forma incomprensible para otras mentes muchos siglos antes de que su funcionamiento anómalo se pudiera tipificar como tal. Ergo, nosotros, que nos autoproclamamos instantistas y que practicamos esa falacia que hemos dado en llamar el instantismo, somos unos completos eunucos' Esta vez aventuré un peñascazo un tanto más efectivo, le dije 'entonces el instantismo como tal no puede haberse agotado puesto que no se agota lo que no existe' Tras esto se produjo un extraño silencio en el cual, debo admitir, vi a L'enfant emocionarse, a lo que repuso en tono paternal 'exacto pequeño enciclopedista, felizmente compruebo que el traje de petimetre ya te queda chico; el instantismo jamás ha existido como empresa realizable por los hombres por una razón evidente: es un puro estado prepsicológico y como tal se lo tiene o no; el auténtico instantista reconoce a un cofrade en el simple cruce de miradas' Eufórico, repuse 'pues entonces llegamos a la inexorable conjetura de que este espacio carece de razón de ser'
'Tranquilidad -dijo- este espacio no puede ni debe desaparecer, nuestra tarea innegable -y la de nuestra generación- consiste en esperar estoicamente la Nueva Verdad, la Nueva Palabra: cuando ese momento llegue la linealidad de este espacio estallará como una danza frenética y se propagará en infinitas tramas de infinitas bifurcaciones...'
Luego extrajo del bolsillo un papel sucio y arrugado que parecía contener una especie de mapa de la mente humana y me lo enseñó; recuerdo que fingí curiosidad. Después mencionó una lista de instantistas auténticos, producto de sus investigaciones. La misma incluía a los preadamitas, a Omar Khayyam, a Rabelais, a determinados jansenistas, a Sade, al Bosco y otros tantos que seguro olvido. El resto de la vigilia es perfectamente omitible. L'enfant y yo nos separamos en la playa de una YPF; creo que no nos dijimos adiós.
¿El mundo será la Nueva Verdad? Nadie puede saberlo. Yo no hago caso, yo sigo difamando en los quietos días de enero el nombre de Jorge Luis Borges.

Seamos realistas, pidamos lo imposible!

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Concluyo una nueva relectura de El inmortal y casi estúpidamente me sorprende (qué verbo inverosímil) esa frase que aparece por el final, de una belleza estructural indescriptible, 'cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras'. Entonces juzgo del todo lícito escribir sobre eso, las palabras. Las palabras que bien o mal, han marcado a Borges.
En abril del 68 el Maestro ofrece una serie de conferencias en París. El hecho naturalmente acapara la atención del mundillo literario (pero también de los tabloides más amarillentos y ya veremos por qué). En efecto, por esos días el propio Cortázar escribe a Paco Porrúa: 'Lo escuchamos en su conferencia sobre literatura fantástica, dicha en un francés excelente y a los días vino a la UNESCO y les rajó una charla sobre Shakespeare que los dejó a todos mirando estrellas verdes. Por supuesto, los periodistas se ingeniaron como siempre para hacerle decir a Borges cuatro pavadas sobre política, pero qué poco importa, o en todo caso, qué poco me importa'.
No obstante aquí es mejor pisar la pelota y no engañarse: lo que Cortázar omite convenientemente es que al Maestro el Mayo francés lo iba a agarrar en plena Sorbona y en pantaloncitos cortos, como quien dice, y lo más increíble, que tomaría parte activa en las revueltas. Y es claro, cómo no entenderlo: de haber revelado esto, Borges devenía, cómodo, en el quinto beatle del Boom.
Sin embargo para lo increíble de irrisorio nunca faltan los kodamitas, que bien entrado el XXI se ejercitan rigurosamente en la anacronía y la vacuidad. Invito, si falseo, a cualquiera de los integrantes de esa secta a salvar algunas cuestiones básicas. Si por un instante abandonan la hipocresía, albaceas de telarañas, estoy seguro, pueden conseguirlo. Pero no, pretenden ocultar el sol con la mano. Si no ¿qué rédito encubre negar la participación de Borges en el Mayo francés? ¿Les duele acaso un Maestro comprometido? Cualquiera sabe, por ejemplo, que la marche des pieds déchaussés ('la marcha de los pies descalzos', caminata en repudio a la represión desatada el día anterior contra cientos de estudiantes, el triste lunes sangriento) fue una de las tantas ideas del Maestro, cuyos ecos se remontan incluso hasta el remoto Instantes. Cualquiera sabe que en aquellas inolvidables asambleas, entre el fuego y las barricadas, Borges conoció (y degustó) a una deliciosa Nathalie Sarraute, cualquiera sabe que entonó la Internacional entre confusos aromas del Asia Menor.
Cohn-Bendit en su libro Nous l'avons tant aimé, la Révolution atribuye el famoso graffiti on achète tes instants, vole-les (están comprando tus instantes, róbalos) al aerosol del Maestro. Otros aseguran que el simpático je suis marxiste tendance Groucho (soy un marxista de la tendencia de Groucho) también es ocurrencia rioplatense. Es evidente que los kodamitas demandan un Maestro asexuado, monolítico y oligarca: cualquier cosa menos humano. Ellos mantuvieron un comprometedor silencio cuando se dio a conocer el presunto telegrama que Borges y Bioy mandaran a Echeverría Álvarez mostrando su apoyo a la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco... Dos Borges, diría la Kahlo. Dos ideologías.
'Cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras' ¿Cuáles habrá visto el Maestro allá por Ginebra en junio del 86?

Por una vida más instantánea

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Si pudiera vivir nuevamente mi vida...
sería menos higiénico
General Paz y Estados Unidos, San Juan, Downtown

Instantes es de Borges, carajo!

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De tanto en tanto la Historia, cíclica como el mal gusto de Subiela, consigue espetarnos alguna de sus chanzas más bajas. Luego la democracia (entelequia execrable que ni los griegos se compraron) necesita, vencidos ciertos plazos, restregarnos a la cara una serie de bagatelas soeces cuya sola función parece ser asegurar su charme. Así, el día menos pensado un negroide llega a la Casa Blanca, algún mamotreto de Majul vende como la Quilmes o un energúmeno pedante semianalfabeto alcanza la dirección técnica de la Selección. La lista de cheap tricks parece inagotable y entre ellos destaca uno por obsceno, por verdulero: la desclasificación de archivos.
Reciente difusión de documentos secretos concernientes al Plan Cóndor por el Pentágono viene a iluminar la memoria de un caído que la voz del pueblo venía reclamando desde hace treinta años. Hablamos de Ceferino Funes, víctima del terror estatal. He aquí fragmentos de un memorando que la incipiente coalición de dictaduras hermanas enviaba a Washington a fines de los setenta notificando agridulce suceso:
'El día de la fecha bandas marxistas filtraron agente en sede de la Junta. El subversivo se presentó perorando sandeces bolcheviques y dando de puñetazos a la mesa del consejo. Conspiración frustrada. General Sarasa fusilado. Rebelde enviado a centro de detención'
Una época definida por el fervor nacionalista da, previsiblemente, para cualquier cosa. El caso Funes lo prueba y de qué manera. Cuentan que arrebatado por un género de crítica de nítido corte capitalista que insistía en atribuir el famoso poema Instants a un tal Herold, el pibe de Fray Bentos consiguió por medio de sobornos y algún que otro favor higiénico burlar la seguridad de la ESMA e infiltrarse en la mismísima Junta Austral para clamar al son de su puño contra la mesa y ante la mirada atónita de los jerarcas sudamericanos 'Instantes es de Borges, carajo!' Lastimosamente la fortuna le jugó una mala pasada: los repetidos puñetazos produjeron el desprendimiento del reverso de la mesa de un dispositivo esquirlado de ejecución retardada, también conocido como bomba, frustrando felizmente a tiempo el plan de sublevación del General francoboliviano Jean Luc Sarasa. Como era de esperar los registros fotográficos de la jornada fueron eliminados por pura conveniencia yanquee (al parecer ese día Sarasa llevaba una casaca con el rostro de Kissinger finamente bordado a la altura del peto). De momento sirva la imagen del suceso que la sabiduría popular y la mano del muralista mexicano de origen eslavo Sandino Gagarin legaron a la posteridad.

La paciencia y la soberbia

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Definitivamente si volviera a nacer compraría más pan lacteado de la confitería París. Pero eso no es lo que atañe hoy en noche: el viento, la lluvia y el granizo sin lluvia ameritan otro tipo de reflexiones. Reflexiones que el Maestro en una noche como esta podría tildar de astrofísicas. Todo el mundo es un aleph, el universo un mosaico. Si volviera a nacer sería sin dudas más soberbia y ocuparía un cargo de alta jerarquía en alguna universidad del interior, porque sí, está cómodo y copado el asuntillo de la newrebelation educational.
Por ejemplo, comería más pastas, mientras estoy diciendo un discurso de inauguración o alguna que otra presentación a un seminario de literatura medieval en la China. Me encantaría viajar a Bomarzo con un grupo de muchachitos estudiantes intrépidos para analizar las relaciones de los monos austrialopitecus y la cultura latina. Además tendría a bien, leer en reiteradas ocasiones el Adán Buenosayres mientras veo una película que no vi en mi infancia pero que si volviera a nacer seguro vería: Love Gin, película definitivamente para ser amplificada por los hexágonos de las bibliotecas.
Si volviera a nacer me gustaría que todos los días fuesen "de película": Sábado en la mañana. Comienzan a sentirse los primeros fríos de un otoño que ha tardado en presentarse. Con una elegancia indiscutible y un espíritu lozano llega al punto de encuentro alguno de los literatos de baja ralea que pretende con su escritura descifrar el nombre de Dios (esos tipos sí que no le hacen asco a ningún cuento borgeano, pero cheee) a lugares en los cuales el aroma del café es fiel testigo de una conversación que pretende responder a los múltiples desafíos de este siglo veintiuno. En este contexto tan cálido y hasta incluso familiar, pondría al desnudo mi perfil institucional como autoridad, pero también sin dudas, mi faceta más humana. Porque como exegetó the beatiful georgy: "El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el pasado". Ahí teneís molineras de párvulos y párvulas: si volvieran a nacer, (y a educar) de frente march por los laberintos borgeprovincianos.

Kodama in furs

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Alguna vez la desnudez fue una forma de provocación (tal vez ya no lo sea, tal vez haya que vestir pieles para épater la bourgeoisie).

Del Maestro se dice, en los cenáculos más misóginos de sus seguidores, que murió sin verle la cara a dios. De hecho lo alegan para de alguna manera simbólica cuyos alcances prácticos desconozco, invalidar (según reglas bíblicas) el matrimonio de Borges con María Kodama. Pero ellos no saben que Borges, fue toda su vida un picaflor, y, en el final de la misma un cartesiano viejo verde. La propia Kodama necesita ocultar el hecho y se hace la cartucha cuando le mentan cualquiera de las más de mil páginas del diario que Bioy escribiera acerca de Borges y que sus herederos -en un golpe de teatro simétrico a los que María y sus mercenarios académicos, los kodamitas, vienen llevando a cabo desde hace más de dos décadas- dieron a la imprenta para que se convirtiera en la fuente universal de la chismografía borgesiana.

Pocos saben cómo se conocieron Borges y Kodama, y aquí no hay lugar para las versiones cutre del amor fruto de la admiración entre la alumna y el maestro, ese culebrón no se lo vendemos ni a los rusos. Como toda chica que busca sus quince minutos de fama, María, se granjeó la venia de Borges en un movimiento inédito en ingenio y cola less: la joven licenciada y traductora de islandés (¿a quién en la tierra lo pone una traductora de islandés?) se paseó en cueros y botas tejanas por delante de una convención de dictadores latinoamericanos educados en West Point con un cartelito que rezaba Instantes no es de Borges. Las fotos de la licenciada recorrieron el mundo de la clandestinidad y nada supimos en la tierra de Gardel y el dulce de leche del evento: aparte de que ninguna de las fotos de la serie hubiera pasado ni de la portería de un comité de censura por atentar claramente contra la moral y las buenas costumbres, el rostro desencajado de más de uno de los abnegados esposos de la selección de matarifes restringió aún más la circulación de la noticia. Dicen que dicen que cuando El Maestro entró en conocimiento de lo sucedido, declaró sus deseos de conocer a la muchacha y dijo a Bioy: la ejecución de una novela en primera persona cuyo narrador omita o desfigure los hechos, importa un falseo y el valor de su efecto tiende a cero, prefiero, en todo caso, conocer a la joven esa del panfleto, entiendo que es de las que no usan ñocorpi.

Cachadas

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Si volviera a nacer cantaría más tangos, de eso no tengo dudas, será algo relativo al fatuo destino? No por nada comparto un homónimo con la Gata, y el sobrenombre con el gran Cacho de Buenos Aires. Pensando en Cacho, ese otro maestro, es que recordé a nuestro gran master The Borges, que decía que se tomaría las cosas con menos seriedad. ¿Lo ven cantando tangos? yo creo que sí, es más, si Borges hubiese tomado el micrófono yo creo que destrozaba al Zorzal criollo y a don garganta con arena. Si no mirá qué compadrito que era el Maestro!
Borges entona: Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores, dormir con alguien pero estar pensando en otra, no intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, por cobardía hay que seguir mintiendo,
disimulando que la piel se va muriendo, sería menos higiénico, correría más riesgos, haría más viajes, ojalá que no puedas destapar la botella de
tu vino caliente cuando duermas con ella, comería más helados y menos habas, cabalgando en mi vientre te quedabas dormida y en tu boca quedaba mi tibio candor, y en la mía quedaba tu loco sudor, yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida, Bs. As. sigue, llena de gorriones, hay nuevos poetas que escriben sus tangos y hay nuevos cantores y sigue teniendo la vieja locura que al doblar la esquina haya una aventura, ya ves sigue viva y a pesar de todo llena de ternura.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora: Septiembre de 1988, Buenos Aires, Argentina; querido amigo, se me acaba de volcar el mate sobre la carta que te iba a mandar, por eso te vuelvo a escribir, me alegra mucho saber que te va bien, aquí la cosa sigue igual, pero de una manera u otra vamos a salir adelante, hay algo que no se debe perder nunca,
y es la esperanza. Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría descalzo hasta concluir el otoño, espalda con espalda y en silencio tratando de dormir y estar despiertos, amor que se descuida siempre muere y querer volver atrás, jamás se puede! CHAN CHAN …
Hasta el próximo tango en París.

Lo que los otros dijeron acerca de Instantes

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A continuación quiero acercales un par de opiniones, adversas algunas, conspicuas otras, pero siempre interesantes, que han acercado maravillosos coetáneos del Maestro acerca de su obra epicúmena: INSTANTES.

Gabriel García Márquez: "Si viviese de vuelta (estoy pensando que debo tener la misma edad que tenía don Borges cuando redactó estas aladas palabras) ocuparía más instantes escribiendo en el muro del Face de mis amigos intergalácticos"

Vargas LLosa said: "Si tuviese más instantes, en La casa verde, no dudaría de recorrer los Estados Unidos tomado de la mano del presidente de turno, elucubrando alguna obrita de Minería (como las del amigote sanjuanino Jorge Luis -homónimo del maestro-), en lo que son las ruinas del Antiguo Valle Dorado".

Dijo González Tuñón: "Si estuviese vivo seguro que me agujereaba más la media y así, de a patita, con el callito del dedo del medio del pie izquierdo, buscaría en las callecitas de mi Buenos Aires querido, esas heladerías donde todavía venden helado de canela"

Aportó el gran Hermenegildo Sabat: "Si tuviese más instantes en mi vida, además de descalzarme y meterme a la boca un par de maníes, intentaría pensar en las posibilidades de la frenología para acercarme a la imagen de la Kabala y al nombre del innombrable siguiendo de manera manciática las arrugas del muñequito arlequín presentes en la cara del caudillo riojano -please no confundir con Juan Facundo, el tigre- hablamos del actual senador, el Señor de los Anillacos (M. lo hizo?)

Por hoy, instantáneos lectores que disfrutáis de instantáneas certezas de la flecha metafórica, los dejo ante estas opiniones, en futuras entregas llegarán a vosotros otros sumados e instatáneos versos que personalidades de la cultura mundial aportaron a la babilónica obra del maestro instantesco.

Recuerden: Ustedes (sin importar la poca o mucha instantaneidad que han ocupado en escribir una oración unimembre o quizás, tal vez, no sé, bimembre de sujeto compuesto) pueden sumar un verso más! Bitte!