Kodama in furs


Alguna vez la desnudez fue una forma de provocación (tal vez ya no lo sea, tal vez haya que vestir pieles para épater la bourgeoisie).

Del Maestro se dice, en los cenáculos más misóginos de sus seguidores, que murió sin verle la cara a dios. De hecho lo alegan para de alguna manera simbólica cuyos alcances prácticos desconozco, invalidar (según reglas bíblicas) el matrimonio de Borges con María Kodama. Pero ellos no saben que Borges, fue toda su vida un picaflor, y, en el final de la misma un cartesiano viejo verde. La propia Kodama necesita ocultar el hecho y se hace la cartucha cuando le mentan cualquiera de las más de mil páginas del diario que Bioy escribiera acerca de Borges y que sus herederos -en un golpe de teatro simétrico a los que María y sus mercenarios académicos, los kodamitas, vienen llevando a cabo desde hace más de dos décadas- dieron a la imprenta para que se convirtiera en la fuente universal de la chismografía borgesiana.

Pocos saben cómo se conocieron Borges y Kodama, y aquí no hay lugar para las versiones cutre del amor fruto de la admiración entre la alumna y el maestro, ese culebrón no se lo vendemos ni a los rusos. Como toda chica que busca sus quince minutos de fama, María, se granjeó la venia de Borges en un movimiento inédito en ingenio y cola less: la joven licenciada y traductora de islandés (¿a quién en la tierra lo pone una traductora de islandés?) se paseó en cueros y botas tejanas por delante de una convención de dictadores latinoamericanos educados en West Point con un cartelito que rezaba Instantes no es de Borges. Las fotos de la licenciada recorrieron el mundo de la clandestinidad y nada supimos en la tierra de Gardel y el dulce de leche del evento: aparte de que ninguna de las fotos de la serie hubiera pasado ni de la portería de un comité de censura por atentar claramente contra la moral y las buenas costumbres, el rostro desencajado de más de uno de los abnegados esposos de la selección de matarifes restringió aún más la circulación de la noticia. Dicen que dicen que cuando El Maestro entró en conocimiento de lo sucedido, declaró sus deseos de conocer a la muchacha y dijo a Bioy: la ejecución de una novela en primera persona cuyo narrador omita o desfigure los hechos, importa un falseo y el valor de su efecto tiende a cero, prefiero, en todo caso, conocer a la joven esa del panfleto, entiendo que es de las que no usan ñocorpi.

4 habas:

Anónimo dijo...

Bravo y gracias! Ahora puedo suprimir el bodoque que colgué en un rapto de 'hagamos algo para que este blogo se mueva'

Anónimo dijo...

jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
yo fui uno de los kodamitas de Borges, jajajajjajajajja
mirala che reina de carnaval y todo awsome!

Anónimo dijo...

que ricas minas las de la foto...lo mejro del blog...queremos MINITASSSSSSSS!!! basta de borges y mas porno!!

Anónimo dijo...

"lexicon" se la come...vos entendes...jajaj